*Acompañado de su esgrima, el poblano recorre todo el orbe en busca de foguearse y clasificarse para la justa deportiva
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- Un poblano practicando esgrima en Nápoles, esa es la historia de Gibrán Zea. Un sablista que tiene seis años viviendo en Europa y que supo estar rankeado como el mejor de México en su deporte.
No pudo clasificar a Tokio 2020 en gran medida por las restricciones de la pandemia, ahora piensa en París 2024.
“Practico la esgrima desde que tenía siete años, entonces ya tengo 16 años practicándola. Me mudé a Europa desde hace seis años, primero llegué a Alemania y estuve tres años y desde el 2018 estoy en Italia buscando un deporte muy alto dentro de este deporte, aquí está la mejor esgrima de Europa y por eso estoy aquí”, dice.
El codearse con los mejores del viejo continente le ha permitido tener resultados destacados, además de ganarse un lugar en la Selección Nacional, posicionándose de buena forma en el Campeonato del Mundo más reciente que se celebró en Hungría.
“Soy seleccionado nacional desde hace dos años, he participado en campeonatos juveniles y majors en Alemania, Estados Unidos e Italia. Mi mejor resultado es el puesto 77 en el Campeonato Mundial en Budapest, y en mi primer Campeonato Panamericano en Toronto hace dos años, donde terminé en el lugar 15”.
La esgrima es uno de los deportes más caros por todo el equipo y sobre todo porque en México, y en específico en Puebla, prácticamente no existen espacios públicos para aprender y desarrollarse.
Ello orilló al joven que ahora tiene 23 años a buscar lejos de su país la posibilidad de crecer como esgrimista, y llegó en 2015 a Alemania, esto con la idea de potenciarse y aprender de los mejores de Europa. Sin embargo, en 2018 cambio de sede y se movió al sur de Italia, en donde su evolución ha sido tal que previo a la pandemia era el mejor sablista de México.
Gibrán está rankeado como el número 98 a nivel mundial y sus características lo muestran como un atleta ágil, con fortaleza en las piernas y un sentido del equilibrio que le permite ser amenazante para sus rivales.
Pero una de las virtudes que ha desarrollado en los últimos meses y que le ha ayudado dentro y fuera de las pistas es la resiliencia, pues aunque estaba encaminado a clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio, las cancelaciones y los entrenamientos en el encierro le pasaron factura y no pudo obtener su boleto en el preolímpico que tuvo como sede a Costa Rica en abril.
“La cuarentena la viví encerrado en mi departamento aquí en Nápoles, solo podíamos salir para ir al súper mercado o farmacia y si nos encontraban afuera sin ninguno de estos motivos nos multaban con 200 euros, entonces trataba de entrenar todos los días, por lo menos de lunes a viernes con sesiones larga de dos a tres horas, pero puro físico. Trataba de hacer algo de esgrima, mejorar mi técnica, pero los espacios de mi departamento no me daban”.
Esto le provocó una inestabilidad que no le permitió estar en su mejor forma y durante el clasificatorio cayó eliminado en la ronda de cuartos de final ante el venezolano José Quintero por 15 puntos a 8.
Después de varias semanas de reflexión e introspectiva, Zea ha regresado a su casa en Italia en donde ya planea su nueva temporada con el Club Scherma Napoli, con el cual entrena bajo el mando de Alberto Coltorti, un entrenador de esgrima con más de 24 años de experiencia de formar talento en el club napolitano.
Si bien por ahora no hay una competencia internacional en puerta, a la espera de que en 2022 se pueda desarrollar el Mundial, Gibrán sigue dando sablazos en búsqueda de cumplir sus sueños y poner en alto el nombre de Puebla.